jueves, 21 de julio de 2011

La toxicidad de la leche

¿conoce usted alguna especie de mamíferos además de los seres humanos que tome leche después de terminada la lactancia? de ser así ¿ésta especie toma leche de una especie completamente diferente?. La respuesta es no, la leche vacuna está diseñada para los terneros, la vaca es un animal de cuatro patas, cuatro ubres, cuatro estómagos y cuatrocientos kilos. Muy diferente al ser humano ¿como la leche de un animal tan diferente a nosotros puede hacernos algún bien?. La leche tiene calcio, claro que sí, también tienen calcio los tomates, las lentejas, los frutos secos, muchas frutas y muchas verduras. Es absurdo pensar que si no robamos la leche que tiene otra especie para alimentar a su cría, se nos van a romper los huesos. Los requerimientos dietéticos recomendados son más que accesibles para cualquier persona que se abstenga del consumo de todo tipo de lácteos.
Más paradógico aún resulta la idea de que mucho calcio y mucha leche nos va a proteger de enfermedades que existen gracias a la leche.
Una ingesta elevada de calcio y la presencia de un elevado nivel de vitamina D, puede constituir una fuente potencial de hipercalcemia, es posible que esto favorezca a la calcificación excesiva en huesos y tejidos blandos. También estas ingestas elevadas intervienen con la absorción de hierro, lo mismo para el zinc. Es decir, cuanto más leche tomemos, más se nos van a romper los huesos.
La leche (de todos los mamífero) tiene una proteína llamada caseína, es una fosfoproteína (un tipo de heteroproteína). En la leche, se encuentra en la fase soluble asociada al calcio (fosfato de calcio). La caseína es muy importante para el desarrollo de las crías en etapa de lactancia, en la medida de cada especie. Para darnos una idea, la leche humana tiene 44,9% de caseínas, mientras que la leche vacuna tiene 82,5%.
Nuestro cuerpo no puede procesar semejante cantidad de ésta proteína y se manifiesta aumentando la mucosidad en las vías respiratorias. Los niños comen lácteos porque se cree que hacen bien, pero los comen todo el tiempo en forma de postrecitos, yogures, chocolatadas, etc. De esta base nace el término: mocoso.
Nos encontramos en un paradigma, nacimos en familias donde el consumo de leche de vaca no sólo era aceptado sino también avalado. La toxicidad de la leche está científicamente comprobada hoy en día, nos distraemos con propagandas que explican lo contrario. Confiamos ciegamente diagramas pobres, con flechas y sistemas digestivos que solamente tienen un órgano y luego un resplandor cubre un niño sonriente y por eso creemos que el producto lo protege del peligro, lo que no sabemos es que el peligro es el producto. ¿por qué no reflexionamos unos instantes y cambiamos nuestra forma de ver lo que siempre fué así? cuestionemos nuestras costumbres, porque no sólo nos está perjudicando la salud, también está separando millones y millones de madres e hijos. El círculo es tan absurdo que sólo hace falta mirarlo imparcialmente desde afuera para notar la contrariedad. Abramos los ojos, nos están enfermando.
Hace poco ya prohibieron la publicidad de actimel en el Reino Unido por falsa (Link) y día a día se realizan nuevos estudios que avalan la afirmación: "la leche es tóxica" ante cualquier duda, consulte donde consultan sus médicos, (si es que a su médico le interesa mantenerse informado)
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